Me llamo Anekke. Nací en una fría tarde de invierno, de esas que tienen un aire casi nostálgico. Por eso, dicen, me rodea cierto aire romántico y tierno, el mismo que se despierta en ti cuando te sientas con una manta frente a la chimenea en un día de lluvia, disfrutando del sonido de los crujidos de la madera en el fuego, mientras te envuelve una suave sensación. Esa sensación que nos aportan las cosas más sencillas. Siento que mi destino es el de aportar paz a las personas que me siguen, acercaros al mundo mágico de sueños en el que vivo, transmitiros bellos sentimientos. Recordaros que es mejor vivir la vida de un modo pausado, disfrutar de los pequeños detalles, de cada momento, sabiendo que algo mágico puede suceder en cualquier instante. ¡Me encanta compartir! Ese es mi lema, ya que la vida está llena de experiencias maravillosas, de personas que te hacen un poco más feliz, de viajes que te cambian y te hacen conocerte un poco mejor… Y descubrí que, cuando compartes tu felicidad, tus aventuras, el amor… el mundo te lo devuelve. Por ello, jamás me canso de repetir este lema, que me ha hecho ganar grandes y buenos amigos durante todas mis vivencias. Y es que tener